Todo partió de los celos de la diosa Hera, esposa de Zeus, despues de que este tuviera una aventura con Alcmea, mujer de Anfitrión, rey de Tirinto a la que poseyó despues de adoptar la forma de su marido en ausencia de éste. Hera quiso vengar en él la infidelidad de su esposo: se negó a amamantarlo arrojó dos serpientes a su cuna (a las que Hércules estranguló sin dificultad) y se encargó de que naciera depués de su hermano Euristeo al que debería obediencia. De esta forma , impuso a Hércules la tarea de sus desorbitadas hazañas encarnadas a menudo con terribles monstruos con los que deberia medirse
En una de estas hazañas debia Hércules conseguir las manzanas de oro del jardín de las Hespérides , unas ninfas de poniente, de genealogía diversa según que autores. El jardín se hallaba en el extremo del mundo, cerca de donde el gigante Atlas sostenía sobre sus espaldas la boveda del universo, en las inmediaciones de las columnas de Hércules. Las manzanas que las Hespérides custodiaban eran símbolo de la eternidad, un regalo que la Tierra hizo a Zeus y a Hera cuando ambos se casaron. Las manzanas estaban vigiladas por un dragón de cién cabezas, de nombre Ladón y al no poderlas coger Hércules por si mismo tuvo que contar con la colaboración de Atlas al que pidió que fuera por las manzanas mientras el mismo lo sustituía cargando con la bóveda celeste.
Atlas fue al jardín, adormeció y dió muerte al dragón que lo vigilaba, cogió tres manzanas y volvió con ellas hasta el lugar donde se hallaba Hércules casi aplastado ya por el peso del universo. fue entonces cuando Atlas, liberado de la carga que habia estado soportando, concibió la idea de dejar a hércules para siempre en su lugar, convertido en su sustituto, en un atlante. En ayuda de Hércules acudieron sus dioses protectores, Atenea y Hermes, simbolos de la sabiduría y de la astucia que le ayudaron a salir de esa situación. Aparentó el hijo de Zeus estar resignado a su suerte y pidió a Atlas que le permitiera, al menos, ponerse una almohada sobre la cabeza para amortiguar el peso del cielo y compensar su menor altura respecto de la gigantesca de Atlas, para lo que le solicitó que por un momento mas sujetara el Universo, cayendo en la trampa, porque Hércules aprovecho la ocasión para marcharse con las manzanas y dejarlo en el lugar que le correspondía.